viernes, 31 de octubre de 2008

Una que sepamos todos

Turbante noche, sigo despierto y sé, que el diablo frecuenta soledades.
...
Y cuento verdades, como mentiras, la culpa es de nadie, solo mía.
(Gustavo cerati - "Verbo Carne" del album Bocanada - 1999)

Las noches son abiertas. La noche llama tanto a gatos, como a perros, a salir de ronda. Noches de ronda, de hurgar en la basura, del sexo sin reparar en las consecuencias, de vagabundear.

Y el diablo frecuenta esas mismas calles. Y nos guia en una excursion que se renueva cada noche, aunque el escenario sea el mismo. Los perros prefieren las emociones simples. Las actitudes despreocupadas y a la vez leales. Los gatos prefieren la furtividad, la despreocupacion y el hedonismo. Los perros callan cuando tienen sexo, los gatos aullan como si los estuvieran degollando (y eso tiene una razon fisica).

Gatos y perros, prefieren la noche. Aunque sean tan distintos, la impunidad de las penumbras los une, abriendo asi un abanico de posibles fechorias.

Los gatos. Mis compañeros de juerga.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo también prefiero la noche para el hedonismo.

El gato vagabundo dijo...

La noche es la combinacion perfecta. Magia, impunidad, y adrenalina.

¡Y despues me vienen con que hay que tomar actimel!

Anónimo dijo...

Gato....que habrás hecho por las noches...(que no habrás hecho???!!!!)

El gato vagabundo dijo...

Mmmm...