jueves, 30 de octubre de 2008

Santa cachucha Batman !

Tengo uno de esos días. Mi cabeza está totalmente incendiada. Y si bien de las cenizas resurgen las ideas depuradas, mi cabeza está en brasas. Y de las brasas, no salen mas que calor, un color bellísimo, y también batatas asadas.

Y acá van las batatas asadas.

Anoche no pude dormir. Después de saludar a mi amiga Waka, me fuí a acostar. Pero no pude dormir. Me la pasé cantando mentalmente y recordando letras, pero de canciones completamente absurdas. Melodías increiblemente idiotas y letras deleznables. Y con los ojos abiertos, mirando al vacio (y la ensalada rusa y el tinto con hielo) de la noche, el insomne no hacía mas que repetir las mismas canciones en el mp3 interno. Una, y otra, y otra vez.

Cuando me dormí, empecé a escuchar "el vals del duende" en guitarras. Y dije : Llegó la paz del sueño... creía que los pensamientos se habían ordenado y arrancaban con una melodía simple, para encarrilarse hacia campos floridos de acordes de pianos y cuerdas y vientos. Arreglos maravillosos estaban en camino para acompañar voces prodigiosas...

Y no. Era el despertador del celular. Y eran las 06:30.

Gracias a este estado incendiado de mi escaso cerebro, se me cruzan las ideas mas inverosímiles, los recuerdos mas olvidados, las imágenes mas inesperadas. Pensaba por ejemplo, que la cartera o bolso de una mujer es lo mismo que un disco rígido, cuanto mas espacio tiene, mas boludeces alberga, y mas imposible es encontrar algo. Y me dí cuenta que, ultimamente, ando con una mochila al hombro y esta tiene el mismo problema. Ya me esta empezando a quedar chica. O yo estoy empezando a ser un poco chica. No lo sé. Ni quiero.

Por otro lado, recordé ayer cosas de mi infancia. Y me reía solo en la calle. Porque mi infancia estuvo plagada de maravillosos momentos, de gente feliz e inolvidable, de tardes de aventuras y mañanas de colegio. De vueltas a la manzana en bici naranja rodado 14, una aurorita con asiento banana, y unos plastiquitos a cuadros blancos y negros en los rayos. De amigos. De felicidad.

Llegando al trabajo hoy, me dije "¡Santa cachucha Batman!" mientras veía pasar a unas monjas, y venía pensando que, en las últimas horas no estuve haciendo otra cosa que repasar mi vida de manera un poco desordenada. Me acordé de unos besos robados, unas travesuras de infante, mi disfraz de gaucho en 2do grado, el sueño a los 11 años de que tener una novia que se llamara Graciela, mi viejo ausente y la guitarra que me regaló para cumplir SU sueño en mí, mi vieja y mis hermanos presentes, una novia que tocaba el piano y que me relajaba de tal forma que caía dormido escuchándola practicar nocturnos de Chopin y Haydn. Me asusta un poco eso de ver pasar la vida frente a tus ojos.

Tal vez esté en la época de balance de la mitad de la vida. Y la verdad, que resulta positivo.

Tengo muchísimo mas de lo que podía imaginar cuando salia de la niñez y empezaba a soñar un futuro, a preocuparme acerca de que iba a hacer y ser "cuando fuera grande".

Bueno, al final, no fuí ni el bombero ni el alpinista que soñaba de chico. El ingeniero atómico del Balseiro que quise ser, se quedo perdido en los pasillos de la UTN de Medrano en los 90, donde no pude aprobar física y matemáticas con un promedio brillante. Casi llego a ser veterinario. Casi. Mi carrera en el conservatorio municipal de San Martín tuvo honrosos años y otros no tanto. Y la misma suerte que las carreras anteriores. Llegué a recibirme de Analista de sistemas. Tambien tengo un hijo increíble. Vivo en un lugar increíble. Tengo vecinos increíblemente tontos y otros increíblemente agradables. Tengo la posibilidad de ver este sábado a mi amiga Evelyn, que ahora vive en Alemania y esta de visita en el país.

Tengo mucho, aunque a veces no me parezca así.

Igual, no pierdo las esperanzas, la cabeza en brasas aun funciona. Por lo pronto, tengo en mente musicalizar un texto de Waka. No es poco desafío. Y si lo es, bueno, al menos me llena el alma de felicidad.

Nos vemos en el cielo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

"Me asusta un poco eso de ver pasar la vida frente a tus ojos."

Sí, asusta. Igualmente, mejor frente a sus ojos y no pasando por arriba suyo...

¿Cómo anda Gato, además de con la cabeza en brasas?

El gato vagabundo dijo...

Bien, ahora planeando el viaje a Buenos Aires. Feliz. ¿Que mas puedo pedir?

Anónimo dijo...

Que se le apaguen las brasas!
Pero eso sería mucho pedir... no?

Me alegra que esté felíz
Beso!

El gato vagabundo dijo...

Y... si se apagan las brasas hay que terminar el asado en el horno. Prefiero esas brasas que se apagan solas mientras uno guitarrea.

Besos para vos tambien.

Anónimo dijo...

Yo en esos dias no tengo un MP3...tengo una radio mal sintonizada...ojalá pudiera apagarla!
Es bueno reconocer que uno tiene mucho y se queja de lleno. Pero no por eso dejamos de quejarnos... es una fija....naturaleza humana?

un beso
ana

El gato vagabundo dijo...

Ana: Claro. Es humano ver que nos faltan un monton de cosas. A veces es bueno salirse y ver todo lo que tenemos o tuvimos. Es una especie de consuelo.

Viejex dijo...

Que poético, gato! me dio ganas de ser chico de nuevo... aunque no mucho. Tuve la curiosa suerte de ser detestado por mis compañeros de colegio (algo de culpa tuve, para que negarlo). Por suerte ahora soy re pulenta como el raton Juan Carlos y me quiere todo el mundo. Te felicito por el blog, estoy leyendo notas viejas desde hace un rato (no hay mucho para hacer en el laburo y no quiero seguir haciendome la cabeza) y me gustaron mucho. Abrazos ancianos.

Claudio G. Alvarez Tomasello dijo...

Inevitablemente vinieron a mi mente dos temas de Serrat: Decir amigo y Aquellas pequeñas cosas.
Un lujo, Gato.