Cenaron en silencio. Matías se quedó dormido en la sillita, apoyados los brazos en la mesa y la frente sobre ellos. Su pelo lacio caía en cascada sobre el mantel.
Luis estiraba el momento, comiendo mas lentamente de lo usual. Carola lo conocía demasiado como para no notar esa actitud. Pero en lugar de enfurecerse, que era lo esperable, solo atinó a aflojar los músculos del rostro. Casi se podría decir que se había dibujado una imperceptible sonrisa.
- Al final Luis... tengo dos nenes en casa...
Luis la miró con inexpresividad. Y notó que ella ya no apretaba los dientes como hacía un momento atrás.
- ¿hablamos en la cama?
- En la cama terminamos siempre en lo mismo. Nos arreglamos, lo hacemos, dormimos.
- Eso es bueno...
- No, no es bueno, es enfermo. Porque mañana volvemos a lo mismo.
Acostaron al nene, y salieron al patio trasero. Encendieron cigarrillos, y después de una pitada larga, ella soltó lentamente el humo, viéndolo ascender en la oscuridad, entre su boca y las estrellas.
- No hay muchas maneras de decir esto...
- Ya lo sé Caro... no hace falta decirlo.
- Me parece que hablamos de cosas distintas...
- Somos grandes. Te conozco. Y ya sé lo que tenés para de...
- Me acosté con un tipo - disparó Carola en una frase corta
Luis miró al cielo, dió una pitada larga y golpeó varias veces el cigarrillo con el índice para que cayera la ceniza, antes de acusar el golpe.
- Ya lo sé...
- ¿Y como?
- Porque dejaste de exigir...
- No entiendo...
Luis hizo memoria de la última semana, no con la intención de recriminar, sino con la intención de emparejar la cosa. Aquel viernes no hubo agresiones, ni reproches. Fué la indiferencia la que lo convenció de que sus temores eran una realidad. Paradójicamente, no se sintió mal. Solo hubo una sensación de inseguridad, y una frase que repetía en su cabeza "vos te lo buscaste"
- Fue el viernes. Los viernes a la noche eran los mas difíciles. Pero este viernes fué distinto.
- Me haces sentir para la mierda... - dijo ella sin poder creer la precisión de Luis
- No Caro... - dijo el - de hecho... yo también tuve algo con una chica...
Carola abrió los ojos, y apretó los puños y los dientes. Intentó decir algo, pero la bronca y la igualdad de condiciones le cerraron la garganta.
- ¿Quien es?
- Ehh... se llama... se llama... Roxana.
- ¡No me mientas Luis! - gruñó ella
- No me parece una frase afortunada esa Caro. Creo que tengo derecho a mentirte ahora.
Luis sentía Hiroshima en el pecho, pero estaba inventando un romance cualquiera, con tal de no perderla.
Porque, todos sabemos que un hombre puede amar bien o mal, pero no entiende lo que es dejar de amar. Un hombre cuando no ama con el corazón, sigue con la cabeza. Cuando una mujer ama, en cambio, lo hace con el corazón, y enciende en el una llama que durará para siempre aunque a veces, desee extinguirla.
- ¿Cuando fué?
- No quiero hablar de eso. Fué una vez, punto. Me sentí para el carajo.
- A mí no me pasó lo mismo... de hecho... me quiero divorciar.
- ¿De verdad?
- Si... quiero sentirme así, mimada, otra vez. Muchas veces, toda mi vida.
- A mi me gustaría ser quien te mime toda tu vida... aunque ultimamente no se note.
- ¿Y entonces?
- Y entonces nada. Somos unos idiotas y tal vez nos lo merezcamos, tal vez no, pero ya pasó y no quiero hablar de esto nunca mas
Carola no solo estaba atónita, estaba indignada. Al final de cuentas, no sabía con quien estaba casada.
- Me voy a tomar un tiempo Luis
- Vayamos adentro - dijo Luis - empecemos de nuevo.
- No puedo creerlo... estamos hablando dos idiomas distintos
- No se vos, pero yo, a pesar de todo lo que pasó, de lo que nos hicimos, sigo enamorado.
- Me voy a acostar ya mismo
- Voy con vos...
- ¡Sin sexo! - dijo Carola.
- No. Como al principio. Solo dejame abrazarte. Dormir juntos. Como aquellas veces. ¿puedo?
- No... no sé... ¿vos decís como cuando empezamos a convivir?
- Si. Es el recuerdo mas tierno que tengo. Despertarnos de noche porque me duele el brazo y a vos el cuello....
- Me acuerdo - sonrió ella con el recuerdo - era lindo...
- Yo mañana empiezo a buscar un psicólogo que me ayude con esto... esta depresión de mierda que me ahoga.
- Va a ser largo Luis.
- No importa. Tengo toda una vida.
- Yo no.
- Lo se... por eso quiero empezar ya.
Entraron, se cepillaron los dientes juntos como al principio. Se acostaron, juntos, abrazados, ella de espaldas a el.
El se durmió con una sonrisa, lleno de esperanzas. Ella... ella no. Estaba indignada. Después de la charla, las cosas estaban como en el comienzo, y la conversación no había terminado de cerrarle.
Y encima, ese lunes a la mañana, tenía otra conversación pendiente.
11 comentarios:
Uf, he pasado por conversaciones aterradoramente parecidas...vos pusiste un micrófono oculto en mi casa querido?
Shhhh! No me desenmascares!
La gente no tiene que saber de mis tareas en el SIDE!
Jajajajaja.... Señor 6?
Me encanta cómo refleja la cabeza de la gente...él pensando en que las cosas van en vías de arreglo...evidentemente no puede escuchar.
Y ella que le dice...lo que puede. Y como puede.
Y se queda enojada.
me gustó
Claudio: Tuve la suerte de salir con la hija de uno de los agentes. Se muchas cosas... y puedo saber tantas otras!¡cuidado!¡Gatoespionaje!
Mona: ¿Viste que suele ser asi? Nos dicen "no va mas nene" y nosotros creemos que nos hablan de la ruleta. ¡El matrimonio dura lo que dura el ingenio del hombre para hacerse el boludo!
Gato, si sos el autor de este relato sos un genio! es asi, creo que todos lo vivimos! leo lo que escribis y veo cosas que vivi hace muchos años.......tal cual.
Andre: Ay ay ay... no se si decir gracias, o remitirte a este post!
http://gatoenbiblioteca.blogspot.com/2008/08/la-vida-con-humor-los-genios.html
No se que hacer! (Gracias)
jajaj Gato cambio Genio por CAPO, te va??? No lei tus post mas viejos! (fue sin animos de ofender)
Andre: Pero por favor! está todo bien! Gracias igual!
es así gatito, a muchos hombres les cuesta entender que cuando una mina dice basta...dificilmente sea una reaccion espontánea. Casi siempre es el resultado de un tiempo de maduración de todo el asunto, si vuelta atrás
Laura
Me gustó eso de volver a los comienzos, brazos y cuellos doloridos. Lástima que a veces no alcance.
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