miércoles, 8 de abril de 2009

La luna en la Bandera - Final

"Por mucho que viajemos, nunca podremos alejarnos lo suficiente de los problemas"


Claudio llegó a Tarfaya con la mañana. Casi helado, con visibles señas de agotamiento físico, y el final del combustible, llegó al pequeño pueblo de pescadores. Antiguamente conocido como Villa Bens, es el punto de entrada al Ex Sahara español, frente a las Canarias. De ahí, hasta El Aaiún, hay un tramo bastante corto. Claudio, necesitaba tomar algo caliente, comer y descansar, para poder continuar.


Entró en uno de los dos hoteles (si así podía llamárseles) existentes, pidió un desayuno abundante, y una cama, apenas por unas horas. Cuando despertó, el sol aun estaba en lo alto. No quisieron cobrarle la estadía, solo el desayuno. Pagó y agradeció el gesto con una reverencia.

Llegó a El Aaiún cuando caía la noche. Lo primero que le llamo la atención, fueron los tanques de agua comunitarios, construidos en las calles. Encontró sin problemas el hotel donde aun lo esperaban a el y a otro voluntario para partir hacia los campos saharauis. El Al-Massira se erigía imponente sobre la Rue de la Mecque, contrastando con las casas bajas y tanques de agua de mediana altura.

Desde sus ventanas Claudio casi había jurado ver las costas de America, ante la risa de los demás.
Pasó la noche en el hotel, la cama era cómoda, con sus sabanas suaves y perfumadas, el servicio de habitación increíble, las alfombras, la comida, el agua caliente... Un hermoso e inmaculado mundo europeo, creado entre el Atlántico y el Sahara, para que los turistas no se sintieran tan mínimos, allí, en esa ciudad que disputa su lugar a diario, entre dos olas, las de agua salada del océano y las de arena del desierto.

Dos días después de su llegada, Claudio ya había vendido la moto, y se aprestaba a emprender el tramo final a los campos. Dejaba atrás una forma de vida de siempre, por otra conocida. A partir de ahora, sería un Saharaui mas.

Limpio, afeitado, y con ropa recién lavada, subió al camión provisto por las Naciones Unidas para transportarlos hasta lo que sería su proximo hogar. El ánimo en el grupo era excelente. Y uno a uno, fueron subiendo en la parte de atrás del camión. Y mientras subían, y acomodaban sus cosas, los rostros iban formando otras muecas. Algunas de miedo, otras de esperanza, otras... de resignación. Pero hubo una que nadie vió. Una mueca de labios apretados. De liberación. Casi de placer.

- Bueno señores... a partir de ahora, el lujo pasará a ser otro concepto... - dijo Claudio.

Entre risas nerviosas, y ojos perdidos en el camino ya andado, el camión se fue confundiendo con el paisaje, acompañado solo por el ronquido de su escape, y una amenazante brisa desde el desierto.

Cuando llegaron al campo destinado, Claudio pudo ver en su entrada la bandera de la República Árabe Saharaui Democrática, un estado reconocido por muchos paises, menos por Marruecos, que asume este territorio como propio, siendo origen este de conflictos con Mauritania y Argelia.




- La luna en la bandera... otra vez - pensó mientras el camión atravesaba la puerta y se perdía entre la muchedumbre que había salido a recibirlos.

8 comentarios:

Eric dijo...

Muy bueno!
Ya venía preguntándome qué pasaba con la continuación del cuento.
Uno viaja, viaja y termina siempre en el mismo lugar, no? Aunque no parezca.
Lo voy a releer completo, me parece que se presta más a una lectora de corrido.
Me dejó con más ganas de seguir leyéndote.

GABU dijo...

Buè,ahora me dejaste con la intriga bien intrigada,eh?!

P.D.:No sè si enloquecerìa por leer màs del tipejo èste pero me enganchè,podès creer??

Ademàs me gusta muy mucho como describìs los lugares,las ambientaciones... =)

BECHUSSSSS

El gato vagabundo dijo...

Eric: Tuve un período de esterilidad. Es mas, si te fijás, el cuento esta medio terminado a los sopapos. El proximo será mejor.

Gabu: ¿ves?¿quien las entiende? ¡AL FINAL NO HAY CLAUDIO QUE LES VENGA BIEN CARAMBA! - Besos.

Wonder dijo...

Ahora quiero las anotaciones de los diarios.
Ya le había tomado cariño al muchacho y de sopetón me terminás el cuentito.
Ufa.

María Pía dijo...

Hooooooooooolaaaaaaaa Cat! qué bueno, sí, que no te hayas muerto, como vos decís.
Sabés que mme pasa tal como a vos esto de la esterilidad creativa???? En verdad esto de la crisis me desarrolló más bien la creatividad para ganar el mango lo que me debilitó las otras creatividades...pero ya volveremos a revolcarnos en plata y escribiremos tan buenos post como los que acostumbrábamos.
Besito

Claudio G. Alvarez Tomasello dijo...

Espero que yo les venga bien (jijiji).

La verdad, Diego, las partes precedentes, fueron superiores. Este final es -como vos decís- un tanto abrupto.

Pero podría ser el fin de una gran primera parte y listo.

Porque creo que todos queremos más de esta historia.

Un abrazo.

Arle dijo...

Más, más, más. Yo quiero saber de qué escapa, qué dejó atrás y cuándo estuvo primero en la República Arabe Saharaui Democrática.

O hago piquete de blog

El gato vagabundo dijo...

Wonder: Ya van a venir. Un final no siempre significa EL final.

Violeta: Bueno... ¡Espero que esas habilidades para ganar el mango sean legales!

Claudio: No le encontraba continuidad a la cosa... y en la ultima parte se aceleró todo para ahorrar descripciones tediosas. Se viene el diario... espero que ahi podamos averiguar un poco mas de la vida de este señor Claudio en el Sahara.

Arle: Piquete? Bueno... decime cuales son las demandas y veré de satisfacertelas!