jueves, 4 de junio de 2009

A don Maldonado

Se despertó sediento. Una sed desconocida, implacable, irreprimible.

Abrió los ojos, y pasó de las imágenes vívidas a la oscuridad absoluta. Ni una linea de luz entraba por la persiana baja. Miró en dirección a la ventana un rato, pensando en la casa de al lado, donde vivía don Galíndez que había fallecido esa mañana. Esa ventana por la cual lo veía siempre, esa ventana que, ahora, solo le permitiría ver una casa vacía. Lo habían encontrado en la cocina, tendido en el piso.

Dudó unos instantes antes de levantarse. A tientas, con el dedo gordo del pie derecho, encontró las viejas pantuflas verdes. Introdujo el pie, y lo sintió incomodo.

- Izquierda - pensó.

Con las manos tanteando el aire, buscando referencias geográficas, logró encontrar primero la puerta, y luego el picaporte. Atravesó el pasillo y llegó a la cocina, donde encendió la luz.

Fué directo a la heladera.

Tomaba agua, soda, jugo... pero nada calmaba esa sed. Había soñado con coca. Mucha coca. Cola, claro. Apagó la luz, y buscó el pasillo y luego, la puerta del dormitorio. No la encontró.

- No me puedo perder en casa... ¡no en un pasillo!

Dió vueltas por la casa a oscuras buscando alguna tecla de luz en la pared, mientras sentía que el suelo se hacía arenoso, y el aire empezaba a tomar un brillo tenue. Una brisa salada empezó a acariciarle la cara, y la sed, implacable, que seguía ahí.

Se sobresaltó cuando pisó agua. Los pies se le enterraban lentamente.

- Pero... ¿que...

Cerró los ojos y apretó los puños, intentando hacer que esas sensaciones extrañas desaparecieran. Cuando los abrió, la vista lo dejó perplejo.

Ante el se extendía el mar, manso en la noche, y un muelle antiguo de madera cortaba el horizonte a su derecha. Se dió vuelta. La arena se extendía hasta el palmar. El palmar hasta la montaña, y la montaña hasta el cielo.

- ¿Me volví loco? - se preguntó mirándose las manos.

De pronto la sed ya no estaba. Solo el, el mar, la playa. Y el silencio. Hizo un esfuerzo por entender, pero fué en vano. Recorrió todos sus pasos: Las pantuflas, la sed, la heladera, la luz. Intentó volver a encontrar la puerta de su habitación, pero ¿por donde buscarla?¿sería todo una ilusión?¿un sueño dentro de otro?

Se sentó en la arena, a esperar. Decidió que iba a esperar hasta que amanezca, sentado ahí, en la arena fría, en esa noche calurosa.

Cerró los ojos, recostado sobre sus manos, oyendo el romper de las olas a lo lejos.

Cuando el sol salió al fin, lo encontró dormido, en aquella playa adornada de caracoles y espuma.

Cuando los demás se levantaron, lo encontraron en el piso de la cocina. Tenía los pies mojados. Y parecía dormido.

En la casa de al lado, a la noche siguiente, alguien se levantaba de la cama, con muchísima sed.

10 comentarios:

Rocío dijo...

Pri!

jajajaja

Ceci dijo...

Hermoso.

Hay cierto tipo de sed que sólo se sacia con la inmensidad del mar.

Besos.

Mona Loca dijo...

Me gustó mucho.

Hace rato que no escribías algo así.

beso

Viejex dijo...

Que curioso, ayer en otro blog que sigo terminaron una historia a la que le encontré una característica que tiene cierta semejanza a esta historia. Y eso que cuentan historias por demas dispares...

El link apunta a la primera parte del cuento. Van a tener que leerlo completo para ver si encuentran ese aspecto que yo veo en común.

Nati Alabel dijo...

Es muy lindo para un cortometraje.

Agnes Milk dijo...

esta padre...
a mi me pasa, cuando me da la cruda dormida, sueño con agua, refrescos, sueño que tomo y no se me quita la sed me pregunto entre pensamientos oniricos ¿me estaré volviendo loca?

Claudio G. Alvarez Tomasello dijo...

Volviste!

Impecable.

Andrea dijo...

Me encanto!! sigue, no??

Carolina dijo...

Los monosílabos no llevan tilde (salvo excepciones)"dio" "fue" son dos monosílabos que aparecen erróneamente acentuados en el texto. Por el contrario, "que", "donde" "como" "cuando" "por que" cuando se utilizan como pregunta, van acentuados (y varios no aparecen tilde en tu texto). Hago esta acotación porque tus textos son buenos pero siempre están erroneamente acentuados (ya sea porque les falta tilde a muchas palabras, o porque llevan una cuando la palabra no lo requiere)
Perdón por todo este tecnicísmo, pero estaría bueno que alguien pueda colaborar con vos en ese aspecto. Saludos y suerte.

El gato vagabundo dijo...

Rocío: Se ganó un post a elecíon, usted elige el tópico.

Ceci: Si... y esa noche fué una de esas sedes insaciables. Ojo, no le recomiendo tomar agua marina...

Mona: O sea... hace rato que no escribo nada como la gente ¿no?. Ya va a ver usted...

Viejex: Como estoy en una etapa muy, pero muy vaga, no abrí el blog que usted me recomienda. Creo en las casualidades, claro. Tal vez hoy lo lea... pero seguro que me afanó la idea...

Naty: Si... es rara la historia. Hay un corto argentino (que no puedo conseguir) acerca de un ropero en la habitación de un tanguero. Seguro que sabe de que le hablo. Me gusta muchisimo.

Agnes: Esa sed se calma de la siguiente manera: anote.
Antes de acostarse, cuando se desvistió y se prepara a meterse en la cama, ahi, en ese momento, se toma un buen vaso de jugo, o agua. Me lo va a agradecer despues.

Claudio: Volví bastante pecable, pero bueno, volví y eso es lo importante.

Andre: ¡No!. Es lo que pasó en casa, cuando murió mi vecino, don Maldonado. Ahora, si le gustó mucho la historia, se puede charlar como continuar...

Carolina: Gracias. La mayoría de los acentos los pone el corrector. Los errores los pongo yo. Y como digo siempre, todos los dias se aprende algo...