Debido al esfuerzo, a la energía liberada, a ese llanto convulso, cayó en un profundo sueño. Pudo ver a sus amigos, su familia, un domingo de sol en el country jugando al futbol mientras las mujeres se amontonaban al costado de la cancha a comentar maliciosamente acerca de las que estaban ausentes.
Soñó con su padre, con aquella salida de los catorce frustrada por él, pudo ver también, a aquellas novias de la adolescencia que su padre no aprobaba por “pobres”.
Cuando despertó, se sintió desorientado. Una imagen en el sueño lo había perturbado. Vió a todos sus conocidos, desde abajo, como en un pozo en la tierra. El estaba viéndolos, ellos lloraban. El intentaba salir, ellos tiraban tierra y flores.
Marcos lloró también. Quería mucho más que una vida corta y próspera. Quería mucho mas que quedarse hasta las diez de la noche en el bar con los amigotes, quería más que trabajar un sábado para darle a su familia un supuesto bienestar. Quería vivir mucho.
Lo despertaron sacudiéndolo. Le apoyaron un celular en el oído.
- Hablá – le ordenaron
- ¿Hola… hola?
- ¡Marcos! – Gritó Ursula – ¿Marcos como estás?
- Bien… me tratan muy bien acá – dijo
Le arrancaron del oído aquella voz que lo motivaba a seguir vivo
- ¡Pagá y dejate de joder! – le gritó el jefe a la esposa
- Dame un día más… por favor
- Por mí, tomate la vida, el que no tiene un día mas es tu marido
Cortó el teléfono, y se sentó en el piso.
- ¡Salgan todos! - ordenó
Cuando salieron todos los presentes, el secuestrador sufrió un cambio radical.
- Mirá Marcos – dijo – vos sabés que no tengo otra salida. Si no pagan…
- Lo sé. Y si fuera por mí, te doy absolutamente todo, con tal de ver a mi familia otra vez.
- Tranquilo… van a pagar, o no, no importa, los vas a ver de nuevo – sonrió el jefe.
- Pero entonces…
- La plata a mí no me importa... ¿sabés? Mi papá también estuvo secuestrado.
- Lo lamento – balbuceó Marcos
- No creo… porque gracias a el, tu papá hizo una fortuna que no le correspondía.
Marcos no lograba entender. ¿Sus padres habían sido socios? ¿competidores? ¿enemigos? ¿Qué era eso de que su papá había hecho una fortuna gracias a otro?
- Acordate Marcos. Hace unos treinta años, algo pasó en tu casa. Algún viaje, alguna lotería ganada, algún verso de esos… algo pasó, y tu viejo, que era un pobre tipo, empezó a ser un empresario importante. Acordate. Quiero que me hagas ese favor.
Marcos empezó a pensar en eso, entre la sorpresa y la confusión. Cuando el empezaba el secundario, de pronto, lo habían cambiado de escuela. Y de barrio. Su padre había salido a un viaje de negocios a Canadá, y había vendido una patente de un invento, si.
Pero se daba cuenta ahora, que su padre nunca había inventado nada… al menos que el recordara, entonces…
Una angustia indescriptible empezó a hacerse carne en el.
- Pero… no entiendo… ¿mi viejo…?
- Tu viejo te cuidaba como oro Marcos, igual que a tus hermanos.
- ¿Y eso que tiene que ver?
- Nunca les dijo la verdad. Nunca lo va a hacer. Tu viejo secuestró a mi viejo.
- ¡Mi papá nunca haría una cosa así! – se indignó
- Agosto del 79. Mi papá tenía una fábrica, y la vendió después de 40 años de laburo. Lo que sacó, lo invirtió en dólares, en Uruguay. Vino el quilombo del 80, y mi viejo estuvo feliz, porque la teoría decía que nadie en su familia iba a tener que volver a laburar…
- En febrero del 80 mi viejo se fue a Canadá…
- En febrero del 80, a mi pobre viejo, lo secuestraron y lo llevaron vaya uno a saber donde. Mi vieja tuvo que reunir absolutamente todo lo que teníamos, y tuvimos que pagar su rescate. Mi viejo no apareció nunca. Mamá tuvo que salir a laburar, mi hermano y yo, los más grandes, con 12 y 15 años, tuvimos que salir a laburar. Y mientras llorábamos porque mi viejo no volvía, llorábamos por tener que comer pan para darle arroz o fideos a mis hermanitos, llorábamos también por esa suerte que nos tocaba correr. Eso si, nunca lloramos como vos acá…
Marcos mantenía el silencio. No podía creer lo que estaba escuchando.
- …Y si tu mujer no paga, tu viejo va en cana y pierden todo. Si tu mujer paga, y vos contás esto, tu viejo va a venir por la venganza, pero va a ir en cana porque la causa de mi viejo sigue abierta gracias a nosotros. Así que, van todos en cana y pierden todo. Si pagan, y todo queda como si nada hubiera pasado, ustedes pueden seguir como hasta ahora. Habrán perdido un par de millones de dólares, que fue exactamente lo que perdimos nosotros. Tu viejo sabe quienes somos. Pero al día de hoy, no dijo nada.
- ¿Y porque no pagan entonces?
- Porque una de las condiciones es que firme una nota en la que se declare culpable del secuestro de mi viejo, y diga donde está el cuerpo. Simple ¿no?. A mí, la plata no me importa, nosotros dentro de todo, salimos adelante. A mi vieja le pudimos comprar una casita de mierda entre todos los hijos, como para que muera dignamente. Lo que me interesa, es que tu viejo pague la culpa, y que toda su familia sepa la clase de tipo que es. ¿La nota? Es para nosotros, por las dudas. Dos millones, ciento veinticuatro mil seiscientos treinta y dos dólares. Exactamente eso es lo que queremos.
Marcos sintió un dolor inmenso en el pecho. Lagrimas, ya no le quedaban, pero no podía soportar la idea de que su vida sin preocupaciones fuera producto de la miseria y el dolor aberrante de otra familia. El, que había menospreciado a la gente que vivía en barrios humildes, de pronto sentía un asco insoportable por el mismo.
- Ya no habrá mas golpes Marcos – dijo – me parece que con esto tenés suficiente.
- No se que decirte… porque lo único que me sale es “perdón”.
- Es suficiente... Mas aún, que la plata de tu viejo.
Ahora, en la cabeza de Marcos, solo daba vueltas una idea.
14 comentarios:
Mmhh me la veía venir, no esto exactamente, pero algo así...quedo a la espera de la continuación!
Alabel: Te odio. Dejá de contarme el final de mis propios cuentos! ¿te das una idea de como se siente eso?
No importa. Igual... te quiero.
no me imagino el desenlace, pero la idea que da vuelta en la cabeza puede salir disparada para cualquier lado!
A mi me gusta este giro. Saber la verdad tambien es una forma de libertad.
Alabelius, sabes que te admiro. Pero eso de "me la venia venir, no esto exactamente..etc" es una paparruchada indigna de vos. Si la venias venir debia ser esto. Si no venias venir otra cosa.
Termina este cuento, gato y pasemos a otro. Este no me gusta, es muy obvio....
Nah, mentira, yo no tengo la habilidad de las premoniciones tardías de Alabelius (que malo me levanté hoy!)
No habrán mas cuentos a pedido?
Te sigo leyendo, a veeer...
Ahhh no sé porqué alivia que los malos no sean tan malos, o que en realidad tengan una razón que los justifique.
Besos Gatito!
Soy lector a la antigua y eso también incluye el tododeuntirón y de arriba para abajo.
Me tomé el trabajo de copiar los 4 textos uno a continuación del otro.
Acabo de leerlos.
Sigo expectante.
PS.: Coincido en el fondo con Arlequincita.
Aunque nadie es bueno o malo del todo. Sino una única y particular mezcla de ambas cosas.
Ana: Disparada... precisamente.
Ceci: La verdad nos hara libres. ¿no?. Lo dijo un señor... una vez...
Viejex:¡Los cuentos a pedido van a volver! Son como la moda... cada tanto, vuelven los 70's!
Mona: ¿Me seguis leyendo? O sea, como una continuidad de lectura forzada, o como una muestra de seguimiento... ¿como lo tengo que tomar?¿eh?¿eh?
Arle: Creo que en el fondo todos somos bastante malos. Solo le tenemos que encontrar justificacion a nuestra furia para liberarla.
Claudio: ¡Eso es lo que hago yo al final, para ordenarlo como cuento! Si no, te quedan como esos fasciculos de entrega semanal que al final uno no los encuaderna nunca y andan dando vueltas por baul desocupado que haya.
Todos: Hoy lo termino... paciencia.
Que loco,no??
En las volteretas de esta vida al final uno nunca termina por saber quièn es realmente...
P.D.:No podrìa imaginar lo que pasa por la mente de MARCOS,pero sentir esa horrible sensaciòn de que no sabès dònde mierda estas parado,sì que la conozco... :(
BESETES A LA ESPERA DEL PRÒXIMO CAPÌTULO :)
Cuándo te conté el final de tus propios cuentos?? cualquiera. Además me gustan, si no me gustaran te lo diría.
Y Viejex, podría contestarte muchas cosas, pero primero necesito que escribas bien mi nombre: Naty Alabel. O Alabelicius. Alabelius es un invento tuyo y no me gusta!
El relato se pone cada vez mejor, con las vueltas que les vas dando a los personajes. Esta reflexión tuya me dejó pensando:
"Creo que en el fondo todos somos bastante malos. Solo le tenemos que encontrar justificacion a nuestra furia para liberarla."
No estoy de acuerdo, pero casi me terminás convenciendo.
Gabu: Se siente pánico. Eso se siente.
Natita: Lo se. Por eso te quiero. Si no, te lo diría!
Eric: Si, tal vez no todos somos bastante malos. En mi caso lo comprobé.
Perdon, Elisabelius. Fue absolutamente adrede. No se repetira. Creo.
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